domingo, 4 de abril de 2010

ay amor

Rudolf Clausius publicó un escrito en 1850 que denominaba la conservación de la energía. Llamo entropía al concepto de calor transferido de un cuerpo a otro. Demostró que la entropía total de un sistema aumenta a medida que el calor fluye de un cuerpo a otro. La entropía de un sistema aislado siempre aumenta, alcanzando su valor máximo en el punto de equilibrio térmico, es decir, cuando dos cuerpos del sistema tienen la misma temperatura.
Es decir que si A tiene mas calor que B, puede irradiar rayos microscopicos de amor a su corazón, haciendo inclusive, tambalear su frío corazón. Y B con sus repelencias frías puede hacer titubear a A, poniéndolo en situaciones especificas que disminuyan su amor. Si después de esta operación hay un equilibrio energético y una térmica adecuada como para que el agua corra y los dos puedan bañarse sin congelarse ni quemarse, entonces estamos ante la presencia del amor.
Necesario es conocer los elementos de la tabla periódica, así el amor no es una cuestión de fuerzas aunque pueda serlo en algunas ocasiones, sino y como ya he dicho alguna vez de convergencia química.
De cualquier forma es la no forma de los pensamientos, la misquímica (parte de la quimica no descifrada) penetrante en los sueños amantes el motivo mas importante de enamoramiento conocido hasta hoy día. Es decir el amor puede ser algo incontrolable si el deseo existe. Y lo grave es que no puede reprimirse realmente, porque esa energía reprimida rebrota desde el canal inconsciente, y ahí desde crece y se trasmite. Directamente desde los sueños o en forma de pensamientos concientes de quien estemos deseando. Es decir, nuestros pensamientos (todo lo que no pasa) gravitan sobre los otros y sobre nosotros mismos.

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