martes, 14 de septiembre de 2010

La lucidez intrépida de la estrechez de un momentito

Cuando la salsa de tomate sube hasta al esplendor
y el calor lúcido de los fideos adyacentes rozan el espacio
entre la sutileza y la candidez de los corazones
presos del exilio que la tristeza cosechó
me desnudo en el plato de la vida como una albóndiga
para ser silencio acompañante del arroz.
Si las sílabas muertas fueran al menos suspiros
yo sería la canción
pero la necesidad me necesita y yo
que me aíslo para enfriarme y ponerme a punto
y yo que me destruyo mundo
para nacer al mundo
y yo que nada piso caigo en la nada.
Y mi vida como un poroto de soja trans
acumula días
y las ganas frías y las calientes se mezclan con el tiempo
y soy puerta de mil accesos
porquería malhechora de alcatraz
palabra perdida
soja de lino en una foto de plástico.

En aquel mismo momento escuche disparos de alcanfor
se abrieron en el cielo unas alcantarillas
y decidí viajar desde mi habitación.
Después me quede con el pasado metido en los bolsillos
un limón en cada uno de tiempo
y ahora que estoy desnudo
en otra materialidad que me despierta
tengo un sabor distinto.
Yo el niño
el que había soñado ser luz
ahora soy una noche
con brisa y luna
pero estoy sumergido a la merced de los lobos
y soy los lobos que cantan y salen pelos de mi garganta.
Ayer me mire al espejo y directamente no me vi
ni siquiera soy un fantasma
ya no miro nada cuando veo
y la tristeza es cuando veo a los que me ven y se ponen tristes porque saben
que el jugo de limón ya no se puede palidecer.
ay! No quiero hablar de amor.
Quiero hablar de cedros bonitos y del río llevando cielo marrón
se me confunde la brisa y los perros cimarrones
se me confunden las montañas y los bueyes que las cargan
y no se porque hoy el mundo se despertó.
Esa noche no soñé
escuché perros
vi el río con pájaros aleteantes en pequeños remolinos
igual el agua en el agua
igual que el viento en el viento
y me sentí jugando al intento.
Cada movimiento mío
aislado y penetrante
en mi ser y en el todo
y todos los perros podían sentirme y yo a ellos
y los perros por fin eran perros,
y no eran tan perros.
Al día siguiente escribí un zamba
así fui brisa entre la tierra
y el tiempo igual me lleva.

Ahora si se de la hora iracunda.
También se de que cada manifestación mía insólita e insospechada
inoportuna o inocua
ahora se de cada movimiento mío del árbol o del viento
no es solo casualidad
ahora se que el azar existe pero no puedo producirlo
como se produce el desorden y el caos
porque hay una disciplina insoportable e incorregible
pero esa no es la disciplina humana.
Hay una acción de dos manos descontroladas que no producen sangre
ni tampoco cortan la fruta del árbol más lindo del valle
hay unas manos mías
tan naturales como un ladrillo visto
y tan geniales como un águila pichón
que tienen los limites de mi cuerpo y es por eso que no te abrazan
pero que sienten el vuelo
y construyen entre la multitud naranja para ser en la altura
Y que cosas insospechada querer volar.

Ahora voy a respirar tranquilo
voy a dejar que la nada pase sobre mi como un trapo
ahora voy a respirar y todo mi angustia yoica y prosacica se va a esfumar de mi lado y se va a ir a ningun lado porque de ahí vino y hacia allí voy
por lo tanto no nos obstaculicemos, tampoco quiero hablar de amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario